Los medios de comunicación católicos a debate
Vivimos en nuestro país, desde hace ya mucho tiempo, una controvertida discusión, más o menos permanente, sobre el estilo de los medios de comunicación católicos, entre ellos la COPE, radio confesional católica cuyo accionista mayoritario es la Conferencia Episcopal Española.
Yo no soy ni periodista ni ningún experto en radio y televisión. Así pues, mis opiniones salen «desde el otro lado»: el de un escuchante que vive con pasión (y con muchos defectos también) el seguimiento de Jesucristo y que desearía que las radios y televisiones confesionales reflejasen a las claras eso que, en el Ideario de la COPE, aparece ya en su párrafo segundo (y cito literalmente): «La Cadena se considera a sí misma como confesionalmente católica y se sitúa, de partida, en el marco de los fines generales de la Iglesia y, más en concreto, de su presencia evangelizadora en el ámbito de la opinión pública» (la negrita es mía).
La cuestión, pues, es tener una presencia evangelizadora en el mundo. Es decir: anunciar, hacer presente y operativo el Evangelio. ¿Qué otra cosa, sino, es evangelizar? «La palabra evangelización deriva del vocablo griego Euanghélion; su significado es proclamar buenas noticias; desde el punto de vista cristiano, es anunciar las Buenas Nuevas de Jesucristo«. Luego vendrán los corolarios, matices y formulación de este objetivo. Pero nada puede desvirtuar este panorama general: la misión es continuar la obra de Jesús, que anunció con palabras y obras (Hch 10, 38) la Buena Noticia de Dios al mundo.
No es extraño, pues, que todo creyente comparta la misma misión que nos dio Jesucristo (cf. Mateo 28, 19). ¿Acaso la Iglesia existe para otra cosa que no sea el anunciar y acercar el Reinado de Dios en este mundo? En este sentido es un objetivo que, también, firmaría cualquier catequista, sacerdote, delegado de la Palabra, director de cine, músico católico… en fin, cualquier persona que quiera anunciar «como sea» al Dios de Jesucristo.
La evangelización en los medios
Hay muchas formas de hacerse presentes como iglesia en los medios de comunicación, desde distintas sensibilidades y carismas, y con contenidos muy variados. Es un hecho.
Cualquier músico cristiano que visite un determinado país en América Latina es requerido por sus radios y televisiones católicas para hablar en ellas. Es habitual. También lo es que medios generalistas (no cristianos) se interesen por la presencia de un músico cristiano y su quehacer. Normalmente, la propia extrañeza que les produce el que un músico se dedique a anunciar a Jesucristo con la música es suficiente acicate para que propongan una entrevista en alguno de sus espacios.
En mis encuentros radiofónicos he conocido algo de los estilos (plurales y diversos) de estos medios y me he formado una idea, personal, de cuáles deberían de ser, al menos, las líneas generales de unmedio de comunicación que quiera ser faro de evangelización.
Recuerdo, durante mi primer viaje a El Salvador, años ha, la sorpresa que me produjo el descubrir en San Salvador media docena larga de radios católicas, plurales, además de varios proyectos televisivos católicos, aunque ciertamente la mayoría se recibían vía satélite desde otros países. De todas o casi todas me traje el recuerdo de un compromiso decidido por evangelizar desde las ondas y anunciar a Jesús y apoyar a la Iglesia en esta misión. No recuerdo programas que no tuviesen una clara proyección cristiana y, aún así, las parrillas de programación eran diversas y dirigidas a todo ámbito de edades, desde niños a personas mayores. No se podrían considerar, en el sentido estricto de la palabra, radios generalistas, sino que, desde una pluralidad de contenidos, todo estaba encaminado a una única misión.
Decía Pío XII en la encíclica «Miranda Prorsus«, fechada en 1957: «El informador digno de este nombre no debe oprimir a nadie, sino buscar la comprensión de los más desfavorecidos y sugerir los remedios y trabajar positivamente» (el subrayado es mío).
Por unos medios de comunicación evangélicos y eclesiales
Anunciar el Evangelio es nadar contracorriente en muchísimos aspectos en nuestra sociedad. Provoca muchas críticas y contestaciones. Viene bien recordar lo que Jesús dijo a sus discípulos: «En el mundo tendréis apretura: mas tened confianza, que yo he vencido al mundo» (Jn 16, 33).
En resumen, a mí me gustaría ver unos de comunicación católicos que:
- Estuviesen centrados en la evangelización, y que esta se manifestase, no sólo en el Ideario, sino también en todos los aspectos y programas que componen su parrilla.
- Se olvidasen de los ránkings. No tiene sentido ser una cadena de gran audiencia, si para ello hay que rebajar las exigencias.
- Fueran abiertos a todas las sensibilidades eclesiales. La Iglesia católica es, por naturaleza, plural.
- Se esforzasen por acercarse a todos los tramos de edades. Nuestros niños y jóvenes están muy alejados de los medios católicos, y viceversa.
- Viviesen con alegría su compromiso con el Evangelio y fuesen capaces de trasmitir la belleza de la Fe, sin caer en la crispación ni la descalificación, defendiendo los valores morales de nuestra Iglesia y la libertad que nos da el creer en el Salvador que vino a liberarnos.
- Tuviesen muy presente la promoción de los más desfavorecidos: los preferidos de Dios.