Los ricos nunca… pierden
Aunque el Euribor sigue bajando, leo con bastante asombro en el periódico de hoy que las hipotecas de no pocas personas no se ven beneficiadas por dicha bajada, gracias a un oscuro contrato, más habitual de lo que parece, llamado «swap de tipos de interés» (en inglés: interest rate swap), cuya definición es: «Contrato financiero entre dos partes que se intercambian los intereses derivados de pagos o cobros de obligaciones; así una se compromete a pagar un tipo de interés fijo sobre el principal a la otra a cambio de recibir los intereses a tipo variable del mismo principal, operando en la misma moneda. Su objetivo es aprovechar las ventajas comparativas acerca de la calidad crediticia de los intervinientes en cada uno de los mercados. En su forma más primitiva el swap de interés persigue que las dos partes se beneficien de un arbitraje entre las calificaciones del mercado de bonos (tipo de interés fijo) y el mercado de crédito a corto plazo (tipo de interés variable). De este modo, atendiendo a las diferentes calificaciones de las partes, se calcula el ahorro neto total de la operación restando ambas diferencias cuando sea la misma parte la que consiga un mejor diferencial en los dos mercados, y sumándolas cuando en cada mercado una de las partes obtenga mejor diferencial. En todo caso, cada parte deberá acudir al mercado en el que obtenga la mayor ventaja con respecto a la otra«.
Está claro, ¿no? ¡Pues claro que no! No está claro para el 99.9% de los que firman este tipo de contratos ligados a las hipotecas. «Cuesta creerlo, pero las prácticas de ciertas entidades financieras han dejado atrapados a centenares de hogares precisamente por la caída en picado del Euribor. Abusando de la ignorancia financiera de los clientes y de su temor a no poder afrontar la letra mensual, bancos y cajas de ahorro han comercializado en estos últimos años supuestos seguros sin costes para proteger a los usuarios frente al encarecimiento de las hipotecas. Lo que no sospechaban la mayoría de los clientes es que detrás del teórico seguro se escondía un complejo derivado financiero vinculado a la evolución del Euribor y con un elevado nivel de riesgo: un swap de tipo de interés, tal y como se le conoce en el mundo de las finanzas. Esto es: un instrumento que se utiliza para cubrir a los inversores ante los posibles oscilaciones de un determinado indicador -en este caso, el Euribor- y que podrían poner en riesgo dichas inversiones«1.
«Veamos un ejemplo práctico para comprender la operativa del producto. Imaginemos un consumidor que en noviembre de 2007 tenía una letra mensual de 1.120 euros y contrata uno de estos seguros a un tipo fijo del 4,75%. En los siguientes meses, pagaría su letra y recibiría un abono de unos 18 euros mensuales procedentes de la liquidación del seguro. Esto es: al descender el Euribor hasta el 4,6%, el banco le compensa por la diferencia entre la cuota de su préstamo y la resultante de aplicarle el máximo pactado. A partir de 2009 y la caída libre de los tipos, la cobertura se vuelve en contra. Con el índice al 1,6%, el cliente se vería obligado a pagar unos 500 euros mensuales, además de la cuota de amortización que habrá bajado hasta 850 euros tras la revisión«. 2.
Ya bastante cuesta pagar la hipoteca todos los meses, para que enciman nos vengan con estas cosas. Todos los que tenemos que hacerlo sabemos del esfuerzo que supone el dedicar un elevado porcentaje de tu nómina al pago crediticio, sabiendo, además, que será así por muchos años: «En el conjunto del país, un ciudadano dedicaría una media de 61 años a pagar la hipoteca de una vivienda de 70 metros cuadrados de forma individual y respetando el ratio del 30% sobre su salario. Según el portal Facilisimo.com, «este plazo se antoja imposible si se tiene en cuenta que los bancos suelen conceder sus hipotecas con un plazo máximo de 40 años para abonar el préstamo.»3.
Conozco casos realmente sangrantes. Una pareja, en concreto, con dos niños pequeños (y con sus muchos gastos), pagando 1.100 euros de hipoteca, trabajando los dos… hasta que uno de ellos se vio en la calle. Hoy, con una nómina que se les come, literalmente, toda la hipoteca, viven una situación dramática.
Intento mirar cristianamente la situación de crisis; y muchos textos bíblicos me hablan de vivir con sencillez; pero, hoy, tan sólo me viene a la cabeza la maldición hacia los ricos por parte de Jesús (Mc. 10, 23-27).
Será, también, que he tenido un día complicado.
Notas:
- Cfr. noticia en El Mundo
- Cfr. noticia en El Mundo
- Cfr. noticia en 20 minutos