El niño de Belén
Nació como un bebé pequeño y nada más,
como uno entre tantos que a la vida nacen ya.
No ocurrió nada más, era un niño.
Nació y ninguno preguntó si de mayor
Él tendría gran poder para sanar,
si andaría sobre el mar.
Era un niño.
Nació y ninguno preguntó si iba a morir,
si la gente algún día lo iba a odiar,
si sería el redentor, si traería libertad.
¿Quién pensó que aquel niñito moriría en la cruz
trayendo a nuestro mundo nueva aurora de luz
y una nueva vida y una oportunidad
de llegar al Padre una vez más?
¿Quién pensó que al tercer día iba a resucitar
batiendo al infierno y a la muerte fatal,
abriendo nuevos tiempos de felicidad
Por amor, por amor a ti?
Hoy nuestro mundo se ha olvidado de Jesús,
ha cambiado Su victoria por placer terrenal,
de Su cruz queda ya un recuerdo.
Vivir, matar si es necesario alguna vez,
cortar la vida antes de que pueda aun nacer,
y del niño de Belén un recuerdo;
jugar a ser una mejor generación
marcharse si es posible del hogar
sembrar odio y rencor, sin saber perdonar.
Escucha en esta hora la eterna verdad
que el niño de Belén un día va a regresar
y en gloria y en poder Él juzgará tanta maldad
marcando frontera final
y todo el universo le podrá contemplar
y toda obra oculta a la luz nacerá.
Su iglesia marchara con Él a un nuevo lugar,
un hogar, un dulce hogar que Él prepara ya.
Autor: Marcos Vidal.