Canción de Navidad
Ya llevamos tres semanas de precampaña navideña en las tiendas y calles de mi país. No sé si será impresión mía pero me da que este año la locura es más comedida, en cuanto a gasto y parafernalia, que otros años; no sería raro, dada la crisis salvaje que nos devora: asomarse a la prensa diaria es recorrer un rosario de pésimas noticias. Casi da grima abrir el periódico o teclear la web del noticiero elegido; por eso, sobrevuelo tan solo los titulares y no me paro mucho… para deprimirse hay ya miles de motivos.
Con la Navidad tan cerca, pues, prefiero poner a mi admirado Silvio Rodríguez y escuchar de nuevo el acertado cuadro de su «Canción de Navidad», donde se habla del tiempo de Navidad sin hablar de la Navidad: del tiempo (las compras los adornos, el dinero…) y no de la Navidad (el Niño que nace).
Os muestro la canción en un montaje de video… merece la pena.
Canción de Navidad
El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación.
Y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.
Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna.
Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.
Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud.
Pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.
Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó,
al que en su cotidiana lucha
me da razones para amarle,
a aquel que nadie le cantó.